17 Date cuenta y mira lo que debes hacer, porque ya está decretada la
ruina de nuestro amo y de toda la casa, y es un necio al que nada se puede
decir.
18 Tomó Abigaíl a toda prisa doscientos panes y dos odres de vino,
cinco carneros ya preparados, cinco arrobas de trigo tostado, cien racimos
de uvas pasas y doscientos panes de higos secos, y lo cargó sobre
unos
asnos,
19 diciendo a sus servidores: «Pasad delante de mí, que yo os sigo.»
Pero nada dijo a su marido Nabal.
20 Cuando bajaba ella, montada en el asno, por lo cubierto de la
montaña, David y sus hombres bajaban en dirección contraria y se tropezó
con ellos.
21 David se decía: «Muy en vano he guardado en el desierto todo lo
de este hombre para que nada de lo suyo le faltase, pues me devuelve mal
por bien.